Jon MAO: Murales con ALMA de mar, cerámica y música punk.

El joven y prometedor pintor Santurtziarra, Jon Mao (1978), revitaliza con fulgurante éxito la imagen de sus famosos murales del puerto, gracias a la edición de tarjetas postales y puzzles, distribuidas recientemente por comercios de la zona

“Tuve que aprender a bailar con el agua“

Sin querer encasillarse como muralista ni pintor de estudio, necesita de ambas caras para proyectar su personalidad y dar rienda suelta a su inquieta creatividad. Sus encargos y trabajos externos a pie de calle le ayudan a liberar su mente y a simplificar las formas y trazos con vertiginosa destreza e inmediatez.

Se siente afortunado por este tipo de proyectos y considera que debería haber todavía más apoyos para poder acercar el arte a la rutina cotidiana de la gente.

Agradece las exigencias por parte de la mayoría de sus profesores (Alberto Quintana, Ramón Pérez, Manuel Balsa…). Estas actitudes, generadas por la fe ciega en su talento, le han servido para consolidar el camino de un serio y académico aprendizaje; subjetivar la pasión por el arte y superarse día a día.

Se considera un artista eminentemente figurativo. Su arte “bebe” de las fuentes del clasicismo y de la Grecia antigua, pretendiendo en todo momento ser él mismo.

Sus murales del emblemático puerto de Santurtzi (“Bogadores”, “Rederas”) realizados hace ya dos años, con la novedosa técnica de trencadis (cerámica troceada) y combatiendo grandes dificultades -lluvia, frío, cambios constantes de los horarios de las mareas…- suponen la culminación de sendos antecedentes muralistas anteriores (margen derecha) y de experiencias personales (reformas integrales de su casa) vinculadas con la albañilería.

Poco antes de “Rederas” llegaría el de Santa Eulalia, indicando la subida a Serantes y Báñales. Después, el de homenaje a Eskorbuto sobre el muro de Vallejo (Mamariga), muy cerca de donde pasó su infancia. Este último, ha proyectado su fama a nivel internacional, al ser visita obligada en la ruta de los fans de esta mítica banda musical zanturtziarra.

Charlamos y felicitamos presencialmente a nuestro apreciado artista colaborador de encontrarte, justo al día siguiente de su cumpleaños. De sus tarjetas y puzzles, de agradables recuerdos y proyectos pasados; de su vinculación familiar con la música; de esas ilusiones que, en torno a sus premonitorias “Siluetas desoladas”, revolotean ahora como mariposas en su cabeza.

 No faltaron tampoco sus consejos para esta inminente época navideña.

¡Pasen y vean!…

De izqu. a Dcha, postales, puzzles y acuarelas de Jon sobre sus murales del puerto

—Hola Jon.  ¡¡En primer lugar, Zorionakkk!! Ya te queda menos para alcanzar el siglo…jejejjj Recientemente, tus famosos murales del puerto de Santurtzi vuelven a estar de actualidad con la edición de tarjetas postales y puzzles sobre ellos y el apoyo de gran número de comercios de la zona. Coméntanos, ¿cómo surge esta original iniciativa y cuál ha sido su proceso?

Graciasss!, Ángel. Pues…, la idea surge por otros derroteros… Hace un par de navidades, quise pintar unas acuarelas de estos murales. Posteriormente, teniéndolas como base, se me ocurrió la idea de hacer unas camisetas y empezaron los primeros contactos con una tienda vasca (Photoshop, diseño textil, etc.…). Luego, todo se fue mágicamente encadenando…

Me encargaron realizar el diseño de una camiseta para el equipo de fútbol infantil de la localidad. Un diseño que, al final, gustó tanto que acabó haciéndose para toda la equipación de niños, adultos, etc…

Era un diseño muy artístico; con múltiples matices, degradados…Pero teniendo en cuenta la técnica que pensaba que utilizarían en su impresión final (planchas), en ningún momento imaginé un resultado tan positivo. Cuando al cabo de un año me la enseñaron, me quedé gratamente sorprendido. Lo hicieron con una técnica llamada de sublimación (tinta dentro del mismo tejido y variedad de tonalidades). Algo, que yo desconocía.

Una vez descubierta esta novedosa técnica, encargué las primeras camisetas de mis acuarelas con esta tienda vasca. Jugué con los volúmenes del cuerpo; valorando cosas que antes no me había planteado y contactando con gente dedicada al mundo textil y de la moda.

Simultáneamente, me acordé de esta serie de fotos que había realizado mi amigo el fotógrafo Josu Euba, a modo de archivo o dossier de mi trabajo.

Al ir por las tiendas, me llamaron la atención las fotos antiguas (hasta años setenta) de la ría de Bilbao, y pensé en hacer unas postales parecidas de mis murales del puerto de Santurtzi. Como publicidad de estos trabajos personales, y algo que diera una proyección visual más nueva de esta zona marinera tan emblemática. Y no tardé en pedirle permiso a Josu para poder poner su nombre, en compensación por su esfuerzo en haberlas hecho.

Pero si te digo la verdad, no tuve en cuenta el contexto temporal de la época navideña, ya que no aspiraba a obtener grandes beneficios, sino solo hacer algo que me parecía interesante y de gran utilidad. Ahora, vamos teniendo tanto éxito, que hemos sacado ya la 2ª edición.

Lo de los puzzles vino justo después y fue todo muy rodado…Me llamaron en una inesperada videoconferencia nocturna varios amigos de toda la vida, e ilusionados me lo propusieron.

Me plantearon que podría ser una idea muy bonita y de gran demanda en esta época navideña.

Te confieso, desconocía este tema. Ellos, me pusieron rápidamente al corriente de todo y me aconsejaron un puzzle concreto de 1000 piezas, más destinado a adultos y con grandes posibilidades de demanda. Por lo visto, era el que más solían comprar los aficionados a este entretenido hobby.

Me pareció muy buena idea, pero antes tenía que valorarla. Así que, contrasté toda esa información con otros amigos y comprobé la gran afición que había sobre este tema. Una vez vista su posible viabilidad y las posibilidades reales de venta cara a navidades, me puse en marcha contactando con varias empresas del sector (valorando precios, formato, etc.…). El tamaño 50 x 70 Cms me pareció el más adecuado. Y por casualidades de la vida, terminé encontrando a la mejor empresa, Ravensburger.

 Acostumbrados a trabajar con cantidades pequeñas pero muy selectas, eran justo lo que yo andaba buscando. Me ofrecieron una óptima relación calidad/precio e hice un rápido pedido, dado que se me echaban encima las fechas de navidad.

Posteriormente, los difundí en Facebook, antes de sacarlos en las tiendas. Sorprendentemente, se vendieron todos en 48 horas. ¡Yo flipé; todos flipamos! La verdad, ha sido todo de locura. La gente preguntaba en las tiendas, incluso, antes de comercializarlos.

Todo ha sido muy de andar por casa, puerta por puerta. Y no tengo ninguna queja, porque todos los comercios con los que he colaborado se han portado muy bien.

Durante tu trayectoria, y sobre todo, estos últimos 5 años, la mayoría de tus proyectos artísticos han estado muy vinculados a lo urbano, a la calle… ¿Te consideras un pintor más muralista que de estudio?

Es difícil contestarte; necesito de ambas caras.  Recuerdo con agrado al Jon Mao retratista en ferias, retratos en la calle… Estuve más de 8 años desarrollando esta labor en ciudades y pueblos de toda España. Muchos más del Pais Vasco, Pamplona y otras zonas de Navarra…

Esta práctica, me ha dotado de una importante soltura e inmediatez, haciendo retratos a gente que, en general, no conocía. Algo más fácil que retratar a personas conocidas; lo puedes enfocar hacia un lado, con expresión más clara, menos difusa. Con conocidos, hay mucho sentimiento hay metido y se puede complicar todo…

Por otra parte, necesito de esta apasionante ambigüedad (estudio/calle). Pintar en la calle me ayuda a liberarme, a simplificar, a no liarme y ser más inmediato, porque mi personalidad suele tender mucho al recoveco y a seguir muchas veces caminos en los que no tengo ni idea…

Los encargos sirven para refrescar mi mente, crear liberadoras pausas y volver luego a retomar lo que estaba haciendo, mirándolo con otros ojos, con una nueva mirada…Por otro lado, también me agobia esa responsabilidad de pensar no poder llegar a las fechas en las que me he comprometido. Algo necesario para poder seguir viviendo al mes..

¿Cómo ves el actual panorama del arte urbano?, ¿Consideras que los colectivos y artistas que practicáis esta modalidad necesitaríais aún más apoyos y subvenciones por parte de los políticos e Instituciones (Ayto., Diputaciones, Entidades diversas…)?

Evidentemente, las negativas circunstancias sobre la pandemia son ahora las que mandan….

Por supuesto, que estarían bien más apoyos para acercar el arte a la gente a través del mobiliario urbano y de su rutina cotidiana: decoración artística de edificios, bancos, lugares emblemáticos…

Una pena, que la cultura y el arte sean considerados siempre cosas menos relevantes que otras, y se recorten tanto los presupuestos. La reflexión con el arte es necesaria para el avance de la sociedad. Los cambios de la historia generalmente coinciden con destacadas transformaciones en el mundo del arte…

De todas formas, no seré yo el que critique esto.  He tenido bastante suerte en este tipo de proyectos, y me han ayudado en mi supervivencia como pintor. Sobrevivir del arte, hacerte un hueco y vivir de ello es realmente duro y complicado. No es tener un X al mes. Tienes que hacer un poco de todo: murales, encargos de todo tipo, dar clases, etc.…Y, además, sin garantías de nada y siempre sometido a la incertidumbre del riesgo.

Yo, de hecho, llevo impartiendo clases unos 8 o 9 años. Tengo el estudio en un local de mi padre, desde que murió hace ya 14 años. En este sentido, tienes que tener todo muy claro, antes de lanzarte a transmitir conocimientos y que luego los alumnos los apliquen y los sientan. Aprendo mucho dando clases, porque me ayuda a clarificar bien mis ideas.

¿Cuáles han sido las principales etapas de tu proceso de formación artística, antes de meterte de lleno en el mundo profesional de la pintura?

En mi caso, no he tenido antecedentes familiares artísticos, a excepción de la música por parte de mi padre. Mi abuelo fue director de orquesta, y mi tío Santi tocaba bastante bien…Estuve en una orquesta hasta los 16 años, tocando los platos, el bombo, y ¡hasta bailando! jejejjj

Esta variedad de gustos musicales quizás ha influido en la música que elijo cuando pinto. Soy bastante ecléctico: clásica, celtica, bossa-nova…Generalmente, melódica y tranquila (Janis Joplin, Amy Winehouse…).

A nivel puramente pictórico, aprendi la técnica desde los 6 hasta los 18 años. Primero, de una manera suave en el estudio de Alberto Quintana, aquí en Santurtzi ( 1984/1996). Mi primer cuadro al óleo fue con 9 años. Y anecdóticamente, empecé esa primera etapa dos años antes de lo que solían dejar, gracias a la insistencia de mi madre, quien siempre vio en mí gran talento para el dibujo.

A los 12/13 años tuve un breve impás de un año. Posteriormente, llegaría mi aprendizaje—exigente, duro, caótico y denso— con Ramón Pérez ( 1996/2002), un profesor de gran pasión e intensidad, pero con el que aprendí muchísimo. Probé todos los temas y técnicas: óleo, acuarela, acrílico, carboncillo, pastel…Fueron años de mis primeros retratos al pastel.

 Gracias a Ramón, empecé a sentir por primera vez como pintor; a descubrir “el lodo, los bajos fondos y lo sucio de la propia pintura” …Todo, de una forma tan apasionante, que me envenenó y me provocó también tener gran respeto a este arte. Incluso, a veces, llegando a sentir hasta miedo. Porque lo veía un mundo demasiado grande y complejo como para poder llegar a triunfar. Una situación paradójica, de claroscuros, similar al barroquismo…

Ramón me transmitió la gran importancia del dibujo. Y eso, es lo que a mi realmente me «flipa»: el poder de la forma. Tienes que saber construir para después poder destruir y no quedarte bloqueado ni atrapado por la técnica…

A partir del 2002, me preparé en la Academia de Manuel Balsa, en el Museo de Reproducciones Artísticas de Bilbao (perfeccionamiento del retrato clásico, figura, movimiento…). Posteriormente, desde el 2009, me vuelco de lleno en la participación de concursos de todo tipo, empiezo a dar clases, exposiciones…

2013, mi exposición » Actitudes-Latitudes». Compuesta por pinturas al óleo y con el ser humano como centro de interés…

Mucha gente te conoce por tus famosos murales del puerto de Santurtzi (“Bogadores”, “Rederas”), pero también tienes otros como el de Santa Eulalia o el de Eskorbuto en la zona Vallejo… ¿Cómo surgen estos proyectos y que técnicas concretas has empleado en cada uno de ellos?

La Concejalía de cultura contactó conmigo porque había ganado durante varios años el premio al mejor pintor local, y además, tenía experiencias previas de otros murales en otras localidades. Influyó también, que mi cuadrilla y yo siempre habíamos tenido una activa participación en las fiestas de este pueblo. 

Cuando me lo plantearon, me explicaron que había una fuerte iniciativa popular para hacer un homenaje a » la Sotera». En principio, una escultura. Ante el riesgo de que esta invadiese demasiado espacio, perjudicase en fiestas y limitase el tráfico fluido en la zona central del puerto, optaron por hacer algo interesante en las paredes laterales del mismo. En una zona que siempre había estado muy dejada o abandonada, justo donde había unos arcos de acceso a baños y donde posteriormente hicieron el denominado “Museo del Mar”.

La técnica, ya me vino impuesta porque los responsables municipales lo tenían, desde un principio, todo bastante claro – Danel Bringas, el Concejal de Cultura, venia del mundo de las Bellas Artes-. Y dado que gran parte de la superficie del mural iba a estar habitualmente sumergida, eligieron la técnica del Trencadís (cerámica troceada).

Casualmente, esta propuesta coincidió con la finalización de unas importantes reformas de albañilería, que desde dos años antes, habíamos estado haciendo mi suegro, un buen amigo y yo, en mi casa – tuvimos que tirarla entera-. Esta experiencia.  me “vino de perlas” para los murales, ya que, en el fondo, eran también obras de albañilería (hacer masa, colocar fragmentos de cerámica…).

Y como para poder afrontar estos proyectos, necesitaba, al menos, dos albañiles les comenté mi interés en volver a trabajar con ellos. Les expliqué bien todo y les pedí consejos y apoyos técnicos necesarios.  Me preocupaba buscar la forma de que el cemento aguantase el salitre, la intemperie y la corrosión marina, al tener que estar el mural tanto tiempo en contacto con el agua.

El primero, fue “Bogadores” (2015). Recuerdo, que lo hicimos en dos meses de intenso trabajo. Empezamos en febrero y lo inauguramos un 29 de marzo. Trabajando todos los días y a un ritmo frenético de unas 6/8 horas. En pleno invierno y con grandes dificultades:  cemento a la intemperie; sin tener apenas ninguna cubrición y aguantando cuarenta días seguidos lloviendo, de intenso frio; adaptados a los constantes cambios de mareas…Tuve que “aprender a bailar con el agua”. Cuando la marea estaba baja, aprovechar para hacer la parte de abajo; y cuando estaba alta, la parte de arriba…

Para entender el sistema de trabajo y probar a encajar las piezas, me ayudaron mucho los recortes previos que hice de cartulina. quería establecer conexiones con la pintura, con el cromatismo; como surgen las líneas, para poder luego representar lo que quería en cada uno de ellos. Tenía claro, que el material a utilizar tendría que ser el adecuado para conseguir transmitir esa fuerza implícita en el propio tema: “la lucha del hombre frente a la naturaleza “.

En el de “Rederas” (2018), el mensaje era otro muy distinto: un homenaje a la sacrificada labor de las mujeres en los puertos pesqueros. También, de dos meses de duración, utilice la misma técnica, pero de una forma mucho más depurada. exigiéndome superar la calidad del anterior, y en consonancia con la delicadeza y finura de lo que quería representar: a cuatro mujeres sentadas.

Un planteamiento opuesto a la fuerza de “Bogadores”. Llevar la técnica a este grado de finura y elegancia, fue complejo (tonos de piel más suaves, más cromatismos, variedad de tonos…). Lo inauguramos un día muy especial, el “ V Sardina Eguna”.

El mural anterior al de “Rederas” fue el de Santa Eulalia (jun 2018) Aunque el de “Rederas” ya estaba apalabrado (presupuestos aprobados, etc.…). Son pintados, pero curiosamente, la gente piensa que están hechos con cerámica. Les confunde al ser dos carteles inspirados en los antiguos paneles cerámicos que indicaban los nombres de las calles para ir al grupo Serantes y la subida a Bañales.

Posteriormente, llegaría el de homenaje al mítico grupo punk santurtziarra “Eskorbuto” (2019), en la zona del muro de Vallejo (Mamariga). Muy cerca de donde pasé mi infancia. Fue emotivo hacerlo allí, a escasos metros de la casa de mi abuelo.

La duración fue también de dos meses muy intensos. Desde el 1 julio hasta el 30 de agosto. Se inauguró el 31 de agosto. Trabajando de 8/10h diarias, con papeles de estraza gigantes para trasladar y hacer las líneas del dibujo a carboncillo. Sometido a malas posturas y sufriendo fuertes contracturas musculares, como consecuencia de tener durante tanto tiempo el brazo elevado.

Un trabajo multidisciplinar, que me obligó a tener que rechazar otra oferta planteada por un empresario de reformas de locales (decorar un bar). Pero cuando estás haciendo un mural, no puedes aceptar nada más. Es un reto que te exige mucha concentración e intensidad.

Este es sin duda el mural que mayor proyección internacional me ha dado, al formar parte de la ruta de fans de este grupo cuando vienen a Santurtzi. Vienen gente hasta de Colombia, para hacerse fotos junto a el.

—¿Tenias experiencias previas como muralista en otras localidades?  

 Sí, a mis 20 años o así. Recuerdo, que estaba pintando retratos en Bermeo, cuando me llamó una chica a la que conocía y me dio referencias de un chico que estaba buscando varios artistas para colaborar en varios proyectos, porque se les estaba echando el tiempo encima.

Fueron 4 o 5 murales: Larrabetxu, Derio, Sondika, zona del Txorierri y Erandio. También tuve alguna que otra experiencia en un colegio de Llodio y varios trabajos para un club de tiempo libre en Barakaldo.

¿Cómo definirías tu estilo pictórico? ¿De qué influencias “bebe” el arte de Jon Mao?

Las influencias son siempre inevitables. He estudiado a los clásicos y me apasionan Rembrandt, Velázquez, Caravaggio. Pero también, en determinados momentos de mi trayectoria, Peter Doig, Mark Rothko, etc…

Es muy duro el crear. Pero no puedo evitar pretender ser yo mismo… Siempre busco, intento, hacer algo nuevo mucho más personal que lo anterior.  Quizás por eso, definirme a mí mismo me cueste tanto. ¡Sería tan bonito poder conseguir que el público distinguiese mi obra! Date cuenta, que yo trabajo de una manera muy particular: la mayoría de mis exposiciones suelen ser siempre especies de colecciones, con mensajes muy determinados, que el paso del tiempo me invita a seguir ampliando desde múltiples vertientes…

Si que es cierto, que tuve una época en la que, por el afán de investigar, dejé de crear y me centré plenamente en estudiar a los clásicos:  Caravaggio, Rembrandt, el David del Renacimiento…

Eso sí, a excepción de un par de abstracciones y de haber fantaseado con hacer ciertos murales algo más abstractos, nunca me ha seducido el tema de la abstracción. Casi siempre he sido un pintor figurativo, vinculado a un tipo de realismo mágico, con ciertas influencias del mundo clásico de la Grecia antigua. Una época que me ha atraído y gustado mucho.

El género del retrato lo cultivé y refiné mucho con Manuel Balsa. En general, casi siempre mis profesores han sido muy duros y exigentes. Esta circunstancia, me ha fructificado en un serio aprendizaje, donde siempre intentaba superarme y hacerlo mucho mejor.

¿Qué proyectos tienes ahora en mente?  

El más importante que tengo ahora, es continuar mi serie de “Siluetas desoladas” (abril 2019) . Este es un momento introspectivo para mí; de crear a nivel más intimista y sin prisas.

La situación tan delicada actual, además tampoco permite poder desarrollar proyectos externos de otro tipo o institucionales (murales o casos similares). Habrá que esperar y ver cómo evolucionan los acontecimientos…

¿De los proyectos que has realizado en estos 5 últimos años, cuál de ellos destacarías de forma más especial?

Todos ellos, han sido para mí muy importantes, y de todos ellos guardo un especial cariño. Pero recuerdo con una sonrisa diferente, el que realicé las navidades del año pasado en Basauri: “La casa del Olentzero”.

Surgió cuando ya estaba dentro de encontrarte. Fue por mediación de una chica de Santurtzi, a la que conocía y trabajaba en esa localidad. Me dijo, que la Asociación de Comerciantes estaban buscando a un artista para decorar y revitalizar con ambiente navideño un local, al que desde hace un par de años, destinaban al encuentro de los niños/as con el Olentzero. Por lo visto, el primer año funcionó muy bien, pero el segundo, fue un poco desastre y lo dejaron muy abandonado y desangelado.

La idea me sedujo tanto, que no dude en aceptar rápidamente. Representaba un contrapunto al dramatismo de encontrarte. Un soplo de aire fresco y mágico, entroncado con la navidad. Justo, en un año en el que mi emotividad estaba a “flor de piel” al haber sido padre…

Lo plantee con mimo y la magia que requería un proyecto de estas características: una decoración cálida, con un pasillo, bosque, Caserío medieval, casas de madera, carbón, enebro…Y todo, con un toque ancestral y mitológico vasco.

Fueron 3 semanas de intenso trabajo, pasando frio y hasta altas horas de la madrugada. Pero mereció la pena porque fue todo muy bonito y solidario; muchísima gente que me ayudó, amigos de una amiga mía, que se prestaron desinteresadamente, cada uno con sus conocimientos. Mujeres ejerciendo de modistas; otros, ayudándome en la decoración…Todos “hombro con hombro” …

Supuso una forma de trabajar muy directa. Con una técnica más gestual y adecuada a algo que parecía una especie de ilustración de cuento.

Tuvo un gran éxito. Después de acabarlo e inaugurarlo, fueron más de 1200 personas a visitarlo (familias con niños, Aitites y Amamas, parejas, etc.…). Cuando, según me dijeron, el año anterior solo pasaron 30 personas…

— Bueno, Jon, para terminar la entrevista y ante el umbral de una navidad diferente como esta, me gustaría que lanzaras desde aquí un mensaje hacia tus fans, amigos y personas en general. ¿Qué les dirías?

Simplemente, pediría que procurasen estar todos tranquilos, sosegados; saber estar con quienes tenemos que estar. Sin cometer imprudencias que nos perjudicarían a todos.

Todo lo que era bueno antes, paradójicamente, ahora es malo: una caricia, un abrazo, un beso…Nos toca aprender a querernos mucho desde la distancia y esperar pacientemente a que escampe…Y en momentos como este, el arte puede ser una gran terapia: un libro, un cuadro, una canción…

Esto nos tiene que servir de algo. Debemos aprender a valorar cosas que quizás antes, por vivir tan deprisa y de manera tan egoísta, no valorábamos tanto y a las que teníamos fácil acceso todos los días…

Esta realidad, es como una prueba, una auténtica oportunidad para dejar de pensar en ti mismo y reflexionar sobre el vacío que nos produce esa triste falta de contacto social…

Siempre hemos pensado egoístamente en nuestros derechos. Ahora, vivimos un tiempo en el que tenemos, por encima de todo, responsabilidades. Hay que cambiar el concepto de obligación por el de responsabilidad. Nunca la sociedad ha sido responsable.

En el fondo, todos estos consejos a modo de reflexiones, yo ya las he reflejado en mis cuadros de “Siluetas desoladas”. De una forma tan premonitoria que, a veces, me asusta. Vivimos una especie de metafórico castigo de la naturaleza; es como una “bofetada en toda la cara”.

En su día, y precisamente por ese talante tan premonitorio, me vi reticente a difundir esas imágenes en las redes sociales. Sin embargo, me han regalado muchas otras ideas, que son en las que estoy ahora trabajando…

 Llegamos así, al final de esta entrañable entrevista. ¡¡Graciassss!!, Jon, por tu arte y tus palabras llenas de sabiduría, a pesar de tu juventud…

¡El tiempo se nos ha pasado volando! Aun así, todavía ambos necesitamos estirar las piernas y rubricar este mágico encuentro con un paseo por el parque…

Mientras nos vamos acercando a los murales del puerto, imagino escuchar los lejanos acordes de Josu, Juanma…y compañía. El olor a mar me embriaga. Saludar a “Bogadores” y “Rederas” al lado de su talentoso autor será un auténtico placer. No en vano, su nombre euskaldún con matices orientales, ¡su ARTE!!, pasará a la historia de esta hermosa villa marinera gracias a ellos…

Para el disfrute de generaciones venideras…

Ángel MOMOITIO GARCÍA

(Directiva Encontrarte)